Es la primera parte del proceso de producción de mallas y, para ello, tenemos dos líneas italianas (una de 160 kg/h adquirida entre 2006 y 2007 y otra de 250 kg/h incorporada en 2010) con el mejor desarrollo tecnológico disponible en el mercado mundial. Las líneas son abastecidas por dosificadores gravimétricos (introducimos la fórmula en una computadora) que mezcla y pesa los distintos componentes necesarios para producir un monofilamento de altísima calidad. Luego con mezcladores estáticos homogenizamos la masa y con la bomba dosificadora inyectamos la cantidad exacta de material en el cabezal, lo que nos permite tener una gran paridad de títulos de monofilamento (trabajamos con una tolerancia de +-1,5%).